Sorteos de Viviendas de Protección Oficial
¿Alguien podría imaginar que los impuestos se pagasen en combinación con la lotería? ¿O que las subvenciones del próximo año se rifasen con el sorteo de navidad?
Obviamente la justicia equitativa y distributiva es incompatible con el azar.
Obviamente la justicia equitativa y distributiva es incompatible con el azar.
Sin embargo, las administraciones públicas recurren habitualmente a la suerte para repartir una falsa y arbitraria solidaridad.
Resulta espeluznante ver esos pabellones repletos de gente expectante donde se rifan unos escasos pisos sociales. Sólo unos pocos salen con un piso de protección oficial bajo el brazo, lo que resuelve sus vidas y eleva notablemente su calidad de vida, mientras la mayoría se marcha cabizbaja a la espera de la próxima rifa o a hipotecarse durante 35 años.
¿Tiene algún sentido de equidad mezclar la suerte con el derecho a una vivienda digna? ¿No sería más razonable gestionar sistema de alquiler social controlado para todos los que lo necesiten, que beneficiar sobremanera a unos pocos con precios regalados mientras la mayoría se queda sin nada?
¿Tiene algún sentido de equidad mezclar la suerte con el derecho a una vivienda digna? ¿No sería más razonable gestionar sistema de alquiler social controlado para todos los que lo necesiten, que beneficiar sobremanera a unos pocos con precios regalados mientras la mayoría se queda sin nada?
Por cierto, en Sopelana, el mes que viene, alrededor de 400 personas suspiraran por alrededor de 75 viviendas. Repetiran la misma escena.
¿No sería más logico atender la demanda de los 400, ayudandoles a alquilar una vivienda digna mientras estén en condiciones que requieran ayuda social, que hacer felices a 75 por el "premio" conseguido y frustar a 325 por no haber sido afortunados en "el sorteo"?
Esta política de vivienda, a pesar de venir del Partido que en principio se autoconsidera más sensibilizado en este tema, no está resultando ser ni la más adecuada, ni la más lógica, ni la más progresista, ni, lo que es peor, la más justa.
Creo, sinceramente, que habría que replantearla.