Erikenea, -del 31-VIII-05 al 31-III-07-

martes, diciembre 6

Dinkis, ex dinkis y el por qué celebro el seis de diciembre.

C. Lago escribía el pasado 20-N en Deia que cada vez son más las mujeres y los hombres que deciden no tener hijos y conforman lo que se ha dado en llamar ‘‘dinkis’’, parejas sin niños. Su principal lema es "carpe diem" (vivir el presente al máximo). Las parejas dinkis son la tendencia de moda, un fenómeno creciente, poco abordado pero que aumenta de forma incesante. Se trata de parejas jóvenes que retrasan tener hijos para disfrutar de un nuevo estilo de vida como prolongación de la juventud y que se caracterizan por su independencia, y poder económico. De este modo se incrementa el número de quienes dicen, al menos temporalmente: “¿maternidad?, ¿paternidad? No, gracias”.

Otra vez ha sido Estados Unidos el que ha acuñado el término, ‘‘dinkis’’ para estas parejas. Dink es la abreviatura del inglés Double Income no Kids, (Salario Doble Sin Hijos). El ocio, la calidad de vida y la posibilidad de vivir con más comodidades, son algunos de los motivos que animan a sumarse al fenómeno “dink”. C. Lago en su articulo dice que “viajan un 78% más que el resto de la población y compran el doble de libros y música. En cuanto a gustos gastronómicos, son "gourmets" y les gusta en especial la comida exótica”.


En general, la etapa dink suele ser un periodo de transición antes de tener un hijo, o dos, y convertirse en una familia.


Yo he sido dink, y tengo que reconocer que no me arrepiento de haberlo sido, si bien reconozco que ahora, como ex dink, y padre de dos cachorritos, vivo otra etapa no menos recomendable y reconfortante. He viajado por el mundo y he podido vivir experiencias que como padre responsable no hubiera podido hacer.


Probablemente sea otra forma de ver la vida, sus posibilidades y sus diversas formas de interpretarlas. Hay cosas que solo se pueden hacer de una manera, es decir, siendo dink, y si sabemos racionar tanto nuestras posibilidades como nuestras diferentes etapas vitales, lo cual no siempre es tan fácil como escribirlo, el resultado es más que aceptable.


Aparte de esto, hoy hago 25 años de “casado oficial”, es decir, desde que el ilustre Adrián Celaya, nos dijera aquello de “os declaro marido y mujer”. Es el motivo por el que llevo celebrando el seis de diciembre desde 1980. La mitad dinki y la otra mitad, padre. Pero en este párrafo, los sujetos de ésta historia somos Marta y yo. Hemos sabido convivir aprovechando nuestras coincidencias y respetando nuestras diferencias. Con altas y bajas, como todo el mundo, la evaluación final da un notable respetable.


Probablemente, sea de los pocos ciudadanos de mi País, que tengo un motivo poco discutible para celebrar con mi familia el 6 de Diciembre.


¡Ojalá a medio plazo ésta fecha sea un día que reúna más motivos para su festejo!

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