Erikenea, -del 31-VIII-05 al 31-III-07-

martes, marzo 7

40 años de Fraga en Palomares

El 17 de enero de 1966, un bombardero B-52 de los EEUU que transportaba cuatro bombas “H”, se estrelló, hundiéndose en el Mediterráneo, a la altura de la pequeña localidad de Palomares, en el norte del litoral almeriense. Una de las bombas fue a parar al mar, mientras las otras tres caían en los terrenos próximos. La laxa negligencia de las autoridades puso en serio riesgo la salud pública y el medio ambiente al no intervenir inmediatamente en la zona afectada.

Hubo que esperar varios días hasta que las Fuerzas Armadas yanquis -responsables en primera instancia de la catástrofe- se dignaron aparecer por allí y se hicieron cargo de las operaciones de rescate, descubriendo una fuga radiactiva en una de las bombas caídas en el campo. Las españolas, como si Palomares no fuese parte de su sagrada patria indivisible, o simplemente, que no sabían ni por donde les daba el aire.

En un desesperado intento de ocultar a la opinión pública la verdadera situación y frenar el negativo impacto en el turismo internacional, el hombre de recursos que siempre fue Fraga Iribarne, en compañía del embajador de los EEUU, Angier Biddle, organizó un circo propagandístico-mediático consistente en un baño ante las cámaras para "demostrar" la ausencia de peligro y lo “infundado” del temor popular.

La astracanada tuvo lugar el 7 de marzo de 1966, hoy hace 40 años, justo un mes antes de que, al fin, fuera rescatada la bomba sumergida. Sumergida, por cierto, a bastantes kilómetros del lugar en que se bañaron los “arrojados” Fraga y Biddle.

El asunto no habría pasado de ser una bufonada más de una dictadura naranjera, si no fuera porque los habitantes de Palomares sufrieron las consecuencias de la contaminación de sus cosechas y de sus playas, habiéndose detectado posteriormente secuelas genéticas.
Por otra parte, también hay quien cree que ese fue el bautizo democrático de Fraga, y que de allí salió convertido en un demócrata convencido, aunque disimulado, y que si en los últimos 40 añitos en los que ha habido que soportarle ha cometido algún pequeño error se ha debido, no a su indiscutible sentido democrático sino a algúna contaminación nuclear-mental debida al baño de Palomares y que lo desviaba de su generosa voluntad.

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