Marbella, Gil y la Justicia

Ana Estevez, desde Antena 3, nos recuerda que hace 15 años, Jesús Gil llegó al poder denunciando la corrupción del consistorio socialista. Desde entonces las recalificaciones se han multiplicado al mismo ritmo que el dinero negro y no hay un consistorio con más concejales detenidos, procesados e inhabilitados.

En los últimos quince años Marbella se transformó en el icono internacional de la jet set. Famosos, actores y reyes han paseado palmito por sus calles y por sus fiestas. Detrás de todo esto se escondieron numerosos escándalos políticos y urbanísticos.

La historia de esta Marbella comienza con Jesús Gil en 1991. Su objetivo convertirla en una ciudad a medida para las grandes fortunas. Con este glamour convivían clanes mafiosos, leyes caciquiles, tramas inmobiliarias y fraudes financieros.

En la mejor época socialista, en los 80, Gil compraba programas de televisión y salía el solo en las piscinas rodeado de jovencitas al más puro estilo cerdo-mafioso-repugnante.

En sus once años de gobierno Gil se tuvo que sentar en el banquillo por media docena de acusaciones y "entró" en prisión dos veces.

Uno de los escándalos más sonados fue "el caso de las camisetas". Se desviaron casi 300.000 euros del Ayuntamiento marbellí al club que presidía Gil, el Atlético de Madrid. También fue acusado de malversación de fondos públicos y falsedad documental. En el 2002 una sentencia de inhabilitación le obligó a dimitir.

El mafioso pudo morir tranquilamente en la cama porque la justicia no "llegó" a tiempo.

Su sucesor, Julián Muñoz, prometía transparencia en este nuevo mandato. Pero el que al final terminó siendo más conocido como el novio de Isabel Pantoja no duró ni año y medio al frente del consistorio. A sus espaldas dos escándalos urbanísticos. Y dentro del ayuntamiento una moción de censura promovida por los secuaces de Gil le desbancó. Marisol Yagüe tomó el testigo en agosto de 2003. En Marbella, en los últimos doce años se han construido treinta mil viviendas ilegales.

Dicen que más vale tarde que nunca, y en ese sentido que los malos de la película terminen en la carcel suena bonito.

Por otro lado, también se dice que la justicia, si no llega a tiempo no es justicia, y que un ganster como Gil haya podido vivir y morir sin pisar apenas la carcel, y que tantos y tantos gansters hayan podido juntarse y cometer sus fechorías con tanta impunidad es absolutamente repugnante.