Todos seremos beneficiarios

Comentaba ayer Santiago Carrillo en EL PAIS que si fracasa el proceso, las consecuencias las lamentaremos todos.

Yo puedo comprender, decía, que alguna de las víctimas, obcecada por el dolor, pida que haya vencedores y vencidos. Aunque me parece que la reacción más ejemplar la tenía una de ellas en una emisión de radio, el ex-Consejero Recalde, que, pronunciando con dificultad a consecuencia de las secuelas que le dejó el grave atentado sufrido no hace mucho, proclamaba su alegría por el proceso que se abre. Otras víctimas o familiares de ellas han reaccionado de forma semejante. Ellas son las que en este momento dan pruebas de generosidad. Y a las únicas que tenemos que pedir generosidad a cambio de una solicitud y una solidaridad permanentes. El resto de la sociedad recibe con esperanza la perspectiva de paz porque la necesita y ha luchado por ella.

Pero la sociedad española sabe bien, porque ha estado dividida cuarenta años entre vencedores y vencidos, que ése no es el emblema de una democracia. Si alcanzamos la paz, todos seremos beneficiarios de ella, nadie será excluido. Nadie va a negar a la izquierda abertzale la posibilidad de defender democráticamente sus ideales y su programa.

En esa nueva situación, indiscutiblemente, ganamos todos, todos los demócratas.