Fiestas y destrozos
Ante los hechos ocurridos en Algorta no podemos por menos que plantearnos el modelo de fiestas en el que estamos inmersos. La cercanía de las txosnas al campo de batalla no es casual. Bajo la excusa de representar movimientos supuestamente populares, determinados colectivos quieren patrimonializar la organización de las fiestas, para luego colocar unos chiringuitos insanos en los que la fórmula de decibelios a cascoporro y alcohol incluso para los menores, no falla para conseguir que la juventud deje de pensar, la comunicación se haga imposible y que la única meta de la noche sea el ponerse ciego para que afloren los más bajos instintos.
Esos colectivos supuestamente populares, que pasan por ser los más puros, neutrales y los más preocupados por la buena gestión de las fiestas, son los únicos que sacan beneficio económico de los actos a costa de la salud y el fomento del pasotismo del colectivo más debil. Todo ello aderezado con una buena lista de desperfectos y pérdidas para toda la comunidad.
Sé que el debate es mucho mas profundo y que pasa por una educación que fomenta el egoismo y la total y absoluta falta de respeto hacia el prójimo, en la que solo quieren hablar de derechos, no queriendo saber nada de obligaciones. Educación que se ha delegado en demasía en la comunidad, haciendo dejación de la educación familiar, que es la realmente importante y donde se fijan los modelos a seguir en el futuro.
Podemos pensar que estos jovenes son una minoría y que ciertamente hay juventud que sí tiene un espíritu solidario y que es digna de admiración, pero la visión general que nos encontramos en estas fiestas nos induce a pensar que la generalización, por desgracia, va ganando camino en la dirección negativa.
Debemos de plantearnos este modelo de fiestas, estamos teniendo muchos avisos y luego nadie quiere llegar al capítulo de lamentaciones. Para romper ésta dinámica es necesario el trabajo de todas las instituciones y la familia es la institución más importante. Pero sobre todo hay que desenmascarar a los mesías del falso progresismo.
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Esta carta ha sido publicada en el diario DEIA el miercoles 3 de Agosto de 2006 bajo la firma de Gonzalo Garcia, compañero de Partido y con quien comparto concejalía en el Ayuntamiento. Desde aquí quiero manifestar mi apoyo a todo lo aquí expresado y deseo que sirva para ayudar a una profunda reflexión sobre el tema en cuestión.
Etiquetas: Sopelana
Me ha parecido un artículo muy interesante, si bien considero que desgraciadamente, muy distante de la realidad que nos rodea.
La última frase del artículo me ha parecido especialmente acertada.