Antes que regalar dinero, concienciar
En un interesante artículo de Iñaki en administraciones en red se pregunta si será dinero básicamente lo que necesitan los Ayuntamientos para desarrollar su Administración electrónica O habrá otros factores incluso más determinantes que el dinero. Y añade si no se estará promoviendo el despilfarro de un dinero que casi llega como caído del cielo.
Tal vez, podrían contribuir más y mejor al desarrollo de la Administración electrónica de las Entidades Locales otras medidas como, por ejemplo, la definición de un marco normativo claro (ya sé que se está en ello), la creación de unas infraestructuras y unos servicios de uso común, el establecimiento de unos estándares a compartir por las diversas administraciones, la difusión y formación de las personas involucradas en el desarrollo de la Administración electrónica en el ámbito local, incluidas las de las empresas colaboradoras de las administraciones, la promoción del uso de los servicios de la Administración electrónica entre la ciudadanía, etc.
Repartir dinero puede ser lo más fácil, que para eso paga el contribuyente, pero seguramente habría que hacer antes otras cosas más efectivas y más baratas.
No nos pase como con el acceso a Internet de la ciudadanía, que mientras algunas administraciones se afanan en subvencionar las conexiones, resulta que el 71,5% de los usuarios que no tienen Internet afirman que no lo consideran necesario, según el informe sobre La Sociedad de la Información en España 2006 de la Fundación Telefónica.
Vamos, que no todo es cuestión de dinero. No nos empeñemos en pagar a la gente o a las Entidades Locales para que hagan lo que no ven útil o no saben hacer. No hay que irse muy lejos para ver como en muchos municipios el interés por la administración electrónica está en niveles alarmantemente bajos.
Tal vez, podrían contribuir más y mejor al desarrollo de la Administración electrónica de las Entidades Locales otras medidas como, por ejemplo, la definición de un marco normativo claro (ya sé que se está en ello), la creación de unas infraestructuras y unos servicios de uso común, el establecimiento de unos estándares a compartir por las diversas administraciones, la difusión y formación de las personas involucradas en el desarrollo de la Administración electrónica en el ámbito local, incluidas las de las empresas colaboradoras de las administraciones, la promoción del uso de los servicios de la Administración electrónica entre la ciudadanía, etc.
Repartir dinero puede ser lo más fácil, que para eso paga el contribuyente, pero seguramente habría que hacer antes otras cosas más efectivas y más baratas.
No nos pase como con el acceso a Internet de la ciudadanía, que mientras algunas administraciones se afanan en subvencionar las conexiones, resulta que el 71,5% de los usuarios que no tienen Internet afirman que no lo consideran necesario, según el informe sobre La Sociedad de la Información en España 2006 de la Fundación Telefónica.
Vamos, que no todo es cuestión de dinero. No nos empeñemos en pagar a la gente o a las Entidades Locales para que hagan lo que no ven útil o no saben hacer. No hay que irse muy lejos para ver como en muchos municipios el interés por la administración electrónica está en niveles alarmantemente bajos.
Me alegro, Ricardo, de que haya alguien que se haya fijado en el post.
Ya sé que cargaba las tintas, que no todo es despilfarro (solo faltaba!), que en el propio post citaba proyectos que tienen que ver con compartir recursos, pero también es verdad que en las Administraciones hay bastante tendencia a hacer las cosas que se pueden "comprar" con dinero y, a veces, con mucho dinero. Y, al mismo tiempo, se dejan de hacer las cosas que cuestan menos dinero, pero requieren más dedicación, más implicación personal, más reflexión, más relación, más complicidades y, muchas veces, también más desgaste. Pero estas cosas son las importantes, las que movilizan, las que transforman.
Por poner en ejemplo pedestre, en la Administración nos cuesta poco comprar el libro (será por dinero!), lo que nos cuesta más es leerlo. Y para leerlo no hay que pagar, sólo hay que dedicarle tiempo y ganas. Pues traslada este ejemplo del libro a un montón de áreas de actuación de las administraciones públicas, empezando por los sistemas informáticos.