Erikenea, -del 31-VIII-05 al 31-III-07-

martes, julio 18

18 de julio: La derecha victoriosa


Como cuenta Iñaki Egaña en un artículo suyo, en 1936, la derecha golpista, la del mensaje previo zafio, agresivo e insultante era la dueña de los bancos y entidades financieras, de la mayoría en las cantinas de los cuarteles, de los púlpitos, propietaria del suelo y del campo. La derecha perdió las elecciones y decidió que para gobernar no debía guardar las formas. Se aburrió del sistema democrático.

Los cuarteles fueron los focos de la sublevación y si no hubo unanimidad, las balas acallaron a los tibios. El 18 de julio de 1936, día del golpe en la Península, salieron a la luz todos los fantasmas que la derecha guardaba en la trastienda.

En Bizkaia, la derecha fue carnavalesca, disfrazada. El Frente Popular y el PNV lograron articular, en muy poco tiempo, una estructura defensiva. Teórica a todas luces, con algunas dosis prácticas y encomiables de voluntarismo. Toda la derecha en pleno, con loables excepciones fue quintacolumnista y así, cuando el Ejército de la alianza Franco-Hitler-Mussolini llegó a la Gran Vía, los champiñones brotaron de nuevo. Banqueros, curas, periodistas, aristócratas, peleles... conformaron la nueva situación, alentados por el nuevo alcalde Areilza que dejó un antológico discurso para la historia:
“Que quede esto bien claro: Bilbao conquistado por las armas. Nada de pactos y agradecimiento póstumos. Ley de guerra dura, viril inexorable. Ha habido, ¡vaya que sí ha habido!, vencedores y vencidos. Ha triunfado la España una grande y libre; es decir la España de la Falange Tradicionalista. Ha caído vencida aniquilada para siempre, esa horrible pesadilla siniestra y atroz que se llamaba Euzkadi y que era una resultante del socialismo prietista, de un lado, y de la imbecilidad vizcaitarra por otro”.

La derecha tuvo todo tras de sí para impulsar el golpe, primero, y ganar la guerra después. Le apoyó la industria armamentista, pujante en los albores del conflicto bélico mundial. Tuvo todo el petróleo necesario para sus carros de combate, a precio irrisorio (Texaco, EEUU). Contó con el beneplácito internacional a través de la farsa del Comité de No Intervención. La iglesia excomulgó a los que se enfrentaban a los “designios divinos” y el Vaticano lo bautizó de “cruzada”. Los banqueros, liderados por March, pusieron el dinero y las folclóricas empeñaron sus collares para matar rojos. En fin... la lista sería interminable.

La derecha que se sublevó el 18 de julio de 1936, la que triunfó en la guerra, la que llenó cárceles y cunetas de disidentes, sigue, 70 años después, tan intacta como siempre. Con ganas de repetir sus hazañas. Con los cuchillos afilados. Hasta los aparentemente más evolucionados a veces ven como les traicionan las palabras, como es el caso de Josep Piqué, quien recientemente ha dicho que el franquismo fue "un autoritarismo de derechas" y no "un régimen fascista". A veces, algunos de la “derecha de éste estado” producen mas terror con sus palabras, hechos y/o deseos manifestados que otros “ manifiestos terroristas” de libro.


Con esta derecha, que todavía se niega a reconocer lo evidente, aquí y en el Parlamento de la Unión, vamos a tener que trabajar mucho para atraerla al campo democratico, en el que nunca ha tenido las dos patas bien puestas y asentadas.


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